MEDITACIÓN ESCUCHA SILENCIO
MEDITACIÓN DEL BOSQUE NEVADO: ESCUCHO EL SILENCIO
Al escuchar el gong, realiza una respiración profunda y honda, sentado en una silla coloca tus pies en el suelo, percibe cada uno de sus dedos, también sé consciente de tus brazos y piernas, observa cualquier tensión y relaja, los hombros caen hacia abajo y coloca las manos sobre las piernas. Después mantén tu espalda erguida, de forma natural, baja levemente el mentón y lentamente cierra los ojos.
Ahora imagina que te encuentras en un bosque nevado, contempla la inmensidad de la capa de nieve que lo recubre, brillante, blanca, pura. ¿Escuchas el canto de las aves o el arrullo de las tórtolas? ¿O todo es silencio?
Respira profundamente, el silencio ahora se percibe con tu suave caminar por la nieve, fíjate en la
pureza y color, agáchate y toca con una mano cogiendo un puñado de nieve, observa la frescura, y la
luz que irradia. ¿Qué recuerdos te trae? ¿Qué emoción despierta en ti?
Imagina que te tumbas en el suelo nevado, escucha los sonidos de tu cuerpo, el latir de tu corazón, la sangre que corre por tus venas. Sigue inhalando paz y exhala calma. Ahora eres como un pájaro y al inspirar comienzas a mover los brazos hacia arriba y abajo como si movieras las alas, al exhalar las piernas se abren y cierran como un abanico o arco. Experimenta la libertad del ave que quiere y echa a volar.
Ahora te levantas y observas todo el paisaje que te rodea, las coníferas con sus ramas llenas de nieve, gira 360 grados lentamente sobre ti mismo, nota como tus pies se arraigan penetrando el manto nevado, siendo uno con la naturaleza o con la madre Tierra.
Siente como el viento acaricia tus cabellos y rostro, como al inhalar entra el aire puro y oxigenado,
fresco y al exhalar sale cálido. ¿Cómo te notas o percibes? ¿escuchas tu silencio interior?
Comienzas muy despacio a volver al espacio que ocupas, agradeces el haber sido uno con el bosque, con su vida silenciosa, guarda este instante en tu interior. Descubre tu ikigai con esta escucha interior en silencio, recuerda dar un sentido de vida a lo que vivas o lo que hagas. Al ir el gong respiras profundamente y vas moviendo tus brazos, piernas, estirando los dedos de los pies y manos, abriendo
lentamente los ojos.
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